Un grupo de músicos interpretan jazz. Es sábado
por la tarde en una rúa de A Coruña. Tocan bien. Son buenos.
No soy
experto, pero me gusta oírlo o escucharlo según el momento. En esta ocasión debo decir que pasé de
oyente a escuchante. En la lejanía captaron mi atención auditiva, luego; ya de cerca, la
visual. Este es el resultado de la fusión sensorial, y aunque la imagen
no haga honor a su música si quiere al menos rendir pleitesía. Así quedó ¡vamos
al turrón!
Como veis, y yo también, sigo fiel a mi
intención de alimentar este blog y darle vida fotográfica. Sin prisa, pero sin
pausa. ¡Que no decaiga!
Esta imagen, al igual que otras publicadas
anteriormente, ya peina canas. Las jóvenes aguardan latentes en el cajón de la factoría a la espera de ver la luz por segunda vez.
Está llegando el buen tiempo del "homo
laboratorius".

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